La exigencia de renuncia del presidente Peña Nieto se ha convertido en un clamor nacional
A 45 días de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, las preguntas siguen en el aire y al mismo tiempo se siguen sumando.
Después de seis horas de reunión, padres de los normalistas de Ayotzinapa, salieron de la Residencia Oficial de los Pinos el pasado 29 de octubre con un mensaje muy claro: “No confiamos en el Gobierno Federal y pedimos no se nos cite hasta que no sepan dónde están nuestros hijos”.
Esta era la reunión más esperada en el “Caso Iguala” desde la noche del 26 de septiembre. Con una integridad y valentía sorprendente, padres de los normalistas pidieron que no se buscaran a sus hijos en fosas ni en basureros, sino que los encontraran vivos.
A seis días del segundo paro nacional por Ayotzinapa, el presidente Peña Nieto empezó a dar patadas de ahogado y tratar de poner “tiritas” en las heridas de los familiares de los desaparecidos y a las heridas de todas y todos los mexicanos, para así intentar parar la segunda marcha nacional cuya primera consigna era: “Peña Nieto, renuncia”.