Honduras cumple con mes y medio de cuarentena, desde que se decretó de manera oficial el 15 de marzo, producto de la crisis sanitaria por el COVID-19. Un par de días antes se habían suspendido las clases como medida preventiva al conocerse la noticia del primer caso procedente de Europa.
La medida única de protección, atención y combate al coronavirus por parte del gobierno ha sido la cuarentena y el confinamiento obligatorio.
En un principio, los empresarios de las maquilas no querían suspender labores, por lo que trabajadores y trabajadoras fueron a paro el lunes 16 de marzo, exigiendo la cuarentena para el sector, logrando que los empresarios echaran hacia atrás en sus intenciones. Desde luego las repercusiones no se hicieron esperar por parte de éstos: a estas alturas hay miles de despedidos y suspendidos sin salario con la excusa de la pandemia a pesar de las ganancias millonarias y los beneficios impositivos que han tenido las maquilas en todos estos años.
Una cuarentena a la “hondureña”
Sumado al confinamiento obligatorio, Honduras es el único país en América latina, que ha suspendido las garantías constitucionales, ha decretado un toque de queda por tiempo indefinido y un estado de excepción, llenando las calles de policías y militares, similar a la situación vivida en 2009 con el Golpe de Estado.
Situación que se agrava por la cantidad de empleo informal que existe en el país que genera alrededor del 58% de los empleos, hablamos de vendedores ambulantes de todo tipo, trabajadores del campo, albañiles, trabajo doméstico, trabajadores de transporte, entre muchos otros. Ingresos que son “al día”: se come cuando se sale a trabajar a la calle. Tal como señalamos en otro artículo “para el 2016 el 66% de la población vive en la pobreza y el 17.2% vive en pobreza extrema (vive con menos de $1.90 al día)”. (El Covid-19, La Mochila 44)
Agreguemos además que muchos de los hogares en el país los saca adelante una mujer, ya sea por abandono de la pareja, porque éste ha tenido que migrar o porque es parte de las estadísticas de violencia. Según el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras (CONADEH), más de 700 mil madres solteras sustentan el 33 por ciento de los hogares del país, según su informe del 2019. Para estas madres la cuarentena se vive de una manera diferente a la que sale en los anuncios de televisión, no pueden acatar todas las recomendaciones del gobierno puesto que hay hacinamiento en los hogares, hablamos de al menos ocho o diez personas viviendo en una misma casa con suerte o en un apartamento muchas de las veces, ya que también hay problemas de acceso a viviendas dignas.
El hambre causa mayor miedo que el COVID
Orilladas por el hambre después de un mes de encierro muchas personas han retomado las calles, con tomas de carretera y puentes, exigiendo que entreguen la dotación de alimentos que el gobierno de JOH dice estar repartiendo, o en su defecto que los dejen trabajar algunos días para alimentar a sus hijos e hijas. Los primeros días de la cuarentena llegaba el convoy militar a las tomas y negociaba con las personas, para que hicieran una lista con la promesa que dentro de unos días les llevarían comida. Pero en la medida en que pasa el tiempo esto va cambiado y la respuesta que está dando JOH es represión a punta de gases lacrimógenos.
Un ejemplo de lucha está siendo el norte, con más movimiento en la ciudad de El Progreso, donde ha salido la gente de diferentes barrios y colonias, a protestar exigiendo comida.
Estas dos primeras semanas de abril han sido de lucha, estas comunidades se han tomado diferentes puentes y carreteras, denunciando la desidia del gobierno y el proselitismo con la que manejan la entrega de comida. Hay denuncias de barrios enteros en donde no llega la “bolsa solidaria” y en otros que solo a los activistas del Partido Nacional le llevan los alimentos, incluso el sector taxista ha protestado dos veces, esta segunda semana de abril, tomándose el puente de acceso a la ciudad.
Pero El Progreso no ha sido la única ciudad con protestas, también en el litoral atlántico los pobladores de Las Metalias, cerca de la ciudad de Tela, salieron a protestar y han sido reprimidos con gases y balas. En la ciudad de Siguatepeque y otras también ha habido represión. En el caso del norte existe una particularidad y es que las medidas han sido mucho más restrictivas que las de la capital del país, mientras allá la población ha podido salir a hacer compras a los supermercados y farmacias que se han mantenido abiertas, en el norte hemos estado en encierro absoluto sin poder abastecernos de alimentos debido a que hay más contagiados que en otras ciudades.