En un país tan convulsionado por la delincuencia, corrupción y violación a los derechos humanos, pensar en reconocer los derechos de la mujer para un presidente como Juan Orlando no es tema de agenda principal.
Es usual que en lugares altamente conflictivos y peligrosos como lo es nuestro país los problemas sociales se tornen casi cotidianos, perdiendo de vista las dimensiones de los mismos.