22papIván Tabora A. CCSS

Toda la comunidad católica mexicana (y los simpatizantes no católicos) se han sorprendido con la noticia de que el Papa Francisco llegará a México (bueno en estos momentos ya está en el país norteamericano, llego el viernes 12 de febrero).

Alegría y júbilo causó la noticia pero no todos los mexicanos están alegres ya que México es uno de los países más pobres (y con muchos problemas de desigualdad en la región Latinoamericana) y el gobierno de Peña Nieto prefiere acompañar y gastar dinero en la visita del Papa que resolver los problemas de su país. La visita del Papa costará alrededor de 36 mil pesos por segundo (aproximadamente L. 43,720.06) poniendo claro otra ves que a Peña Nieto prefiere gastar en el Papa que invertir en su país en salud, alimentación, vivienda, educación etc.

México un país de grandes desigualdades, donde las tasas de femicidios y de pobreza son muy alta, sumido en la violencia, el irrespeto a los derechos humanos y el narcotráfico. En esas condiciones llegará Francisco a México. Todos podrán argumentar o decir que él es un Papa diferente al resto, que se conecta con los feligreses, que se involucra más en cuestiones sociales, pero la realidad es que el Papa hará caso omiso a todos estos problemas descritos y a los miles de reclamos sociales que hace la mayoría de la población, desatendiendo la labor social que debe tener la Iglesia.

Son muy frescas las imágenes de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y relacionado con eso un grupo de sacerdotes jesuitas iniciaron una campaña para que el Papa se reuniera con los padres de los 43 estudiantes pero la “Santa Sede” y el mismo Papa rechazaron reunirse con los padres, haciendo notar una vez más que al actual Vicario de Cristo poco le importa los problemas sociales en el mundo (y problemas tan humanos como este).

Aparte de todos estos problemas sociales, México es el país donde más caso de pederastia (relación sexual entre un adulto y un niño) por parte de sacerdotes hay, quedando impunes todos estos casos de abuso. Uno pensaría que el Papa llegaría y podría solucionar esta mal que aflora dentro de las arcas de la Iglesia Católica pero la realidad es otra, hará caso omiso a esta grave problemática así como hará con las otras ya expuestas.

La llegada de Francisco a México no representa esperanza ni regocijo ni nada por el estilo como lo pintan miles de feligreses católicos y de otras índole sino que permite darse cuenta que las religiones y en particular ésta juegan al lado de los grupos de poder y para nada están a favor de las grandes masas populares (gente pobre, estudiantes, trabajadores etc.). Tan claro como que Francisco se reunirá con Peña Nieto, el flameante presidente mexicano, que se ha visto envuelto en escándalos por corrupción, porque en su gobierno el país azteca ha tenido uno de los índices más altos en delincuencia y en pobreza.